10 de enero de 2011

III.I. En respuesta a ustedes

¡Feliz y venturoso año 2011!

En principio deseo agradecer a todos por sus comentarios, tanto en el blog, como por correo, y antes de pasar al tema que les había prometido, quisiera responder a inquietudes planteadas en sus intervenciones.

La idea central de la discusión que planteo es hacer conciencia de quienes somos y ahora estamos revisando los malos aspectos, bueno porque son los que no nos dejan avanzar, desarrollarnos y/o progresar (evolucionar). Estoy absolutamente convencida de que si logramos descubrir, establecer y visualizar nuestros defectos, podremos comenzar a preocuparnos por las consecuencias y los alcances de nuestros actos, es decir, comenzaríamos a descubrir al otro. Sólo después, se podría pasar del nivel conductual a intervenciones que se encaminen a la revisión y cambio de valores. ¿Es posible el cambio? Claro que sí, pero el proceso es largo y las acciones deben ser implementadas por los gobiernos de turno. Lo más corto que se me ocurre... unos veinte años, hay casos reales que lo demuestran.

Fuente: IPOSTEL (1997). 

¿Somos los únicos con estas condiciones? No, de hecho, toda Latinoamérica tiene el mismo perfil, sólo que nos parece peor en Venezuela por el franco deterioro al que hemos estado sometidos en los últimos años. Las mejoras reflejadas por los países vecinos han sido por acertadas políticas gubernamentales, primeros pasos a posibles cambios en la identidad.

¿Desde cuándo tenemos estas características? Desde la colonia. Sí, la identidad española nos marcó mucho y la verdad es que ese decir "el venezolano es flojo", aspecto que no comparto, realmente nos viene de la raíz española. El venezolano no es flojo, es poco efectivo (en el cumplimiento de metas) o tiene baja motivación al logro. Precisamente por esta baja motivación, no suele valorar los procesos, es "inmediatista", todo lo quiere para ya, porque es el más vivo, el primero, el mejor, el más "poderoso": Tío Conejo, pues.

Somos lo suficientemente inteligentes para discriminar dónde y cuándo cumplimos las normas, aspecto positivo, el problema es que deberíamos cumplirlas siempre, no a conveniencia, y es allí, donde el agente externo, es el que debe velar y garantizar para que se cumplan: La Justicia, que debe ser administrada por el Estado, pero si no hay consecuencias punitivas, las personas se desbocan, y eso sí que lo vemos con frecuencia.

Gracias una vez más por sus interacciones, y en la próxima, sin falta el Locus de Control.

13 comentarios:

  1. Maribel, una vez hace tiempo meditando el asunto en general de los problemas que generan nuestras acciones, me refiero a la convivencia en general de los venezolanos, me preguntaba si es posible que el respeto a los demás sea posible a través de la concientización que de alguna manera o proyecto sin la típica estrategia de vigilar y castigar. Pareciera que necesitamos estar vigilados para cumplir las normas, en esta sociedad del siglo XXI es aun mayor por todo el mundo el uso del panóptico, ¡te estamos vigilando pórtate bien!. ¿Realmente habrá una forma menos represiva o menos invasiva para poder convivir?

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  2. Maribel, por fín pude leer todo el blog... y no podía dejar de pensar en todas esos aspectos negativos, cotidianos que nos agotan y que como dice Maria Eugenia, nos hacen sentir como extraterrestres. No tengo esa capacidad ahorita para asumir la postura del Club de los Optimistas como esa imagen imborrable de la que gritaba en tu anécdota de Machu Pichu: "Porque en mi paíííís están las mejores playas..." nada de eso... qué playa ni que playa chica!! Empezaré por descargar y en Venezuela sobran: los faramalleros, snobistas, ridículos, "sobraos", pantalleros y escandalosos.
    Y por supuesto que la herencia que nos han dejado toda esa mezcla de culturas entre el desarraigo del africano que tiene el resentimiento y la no-pertenencia, el español descolocado y "vivo" que aprovechó para robar con el nativo indígena que quedó con los ojos claros y sin vista, se podrán imaginar que el bochinche es profundo.
    Y creo que como paises latinos compartimos esta ensalada y el ignorar al otro, la falta de conciencia de abusar y contaminar el espacio vital de los demás, no es sólo espacio físico. Aquí cabe recordar al buen Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad.

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  3. Otro aspecto que olvide mencionar es la definición corriente o calificativo sobre aspectos negativos del venezolano aquella que mencionas en este post "El venezolano es flojo". Igualmente no la comparto, si hiciera una definición corriente diría "El venezolano es un SINvergüenza". Por ejemplo: sabiendo que no cumple normas, sabiendo que esta haciendo mal al otro, trata de escaparse y salir ileso, se jacta de su hazaña y cuando puede lo hace un chiste, ¿No es esto ser un sinvergüenza? y lo podemos adaptar a todo lo demás por ejemplo la corrupción, de todo tipo y en todos los estratos sociales.

    ¿Existe alguna tesis en la se exponga las herencias culturales de los españoles que invadieron acá, los africanos que trajeron acá, los indígenas que ya estaban (obvio) y por último la mezcla de todos estos, que determinaron nuestra configuración psicosocial actual?

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  4. ¡Igualmente feliz año 2011!
    En el estudio que he venido haciendo sobre la autoimagen de nosotros los venezolanos a través de la historia, impresiona la prevalencia de los rasgos negativos, pero descritos como "de los venezolanos", sin reconocerlos en quien emite, aspecto que deja ver el desconocimiento de su propia sombra o inconsciente individual y su inmersión en la sombra colectiva.
    En general, la actitud asumida ante nuestra manera de ser es "altercentrista": valorización de lo externo con desvalorización de lo propio. ¡Claro! Inmediatamente que se dice esto, salta la liebre a defenderse.
    ¡Y sí, Rodolfo! Hemos enfatizado en los mecanismos de control y castigo, aunque después no se les haga seguimiento y se irrespeten y dejen a un lado, y no hamos sabido implementar esrategias "constructivas y creativas" (Edward de Bono), siendo esto parte de nuestra manera de ser: criticar altercentradamente y poniéndo el énfasis en lo negativo.
    Al poner el énfasis en lo que no hay, obnubilamos nuestra percepción ante lo que sí hay. Una forma de abordarje, desde lo positivo, incipientamente lo asomo en un artículo de mi blog:

    http://myblog-wladimiroropeza.blogspot.com/2011/01/sobre-la-salida-de-la-pobreza-traves-de.html

    Una de las cosas en las que sí considero hay que enfatizar es en la forma de crianza: sobre todo en la repetición de patrones que perpetúan nuestros antivalores y las contradicciones de nuestra alma colectiva.

    ¡Ah! Casi se me olvida. Una de las tesis que te recomendaría leer, Rodolfo, es el libro del psiquiatra venezolano Herrera Luque "Los Viajeros de Indias" y otras publicaciones de él.

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  5. Hola Maribel, Wladimir y corresponsables de estos comentarios tan interesantes y motivadores.
    En mi humilde opinion, desde el comun y terrenal ciudadano, sin verlo a traves de los estudiios cientificos, creo que el origen de todo esto, (sin q. esto signifique q no se puede cambiar)fue el tipo de colonizaje, como bien lo han dicho, la mayoria de los colonizadores españoles fueron unos forajidos,aventureros q se aprovecharon de la bohomia de los indigenas para asolarlos, robarlos, y violarlos,(desde todo punto de vista); los ingleses vinieron a America por razones religiosas, y dentro de sus prioridades estuvo la fundacion de escuelas y universidades en corto tiempo. Esas es la raiz y causa primordial, por supuesto, el producto de cada una de estas culturas recien iniciadas tuvo que ser diferente;una, la nuestra, basada en la trampa, la desconfianza, la mentira,la viveza, etc.; la otra en la verdad, la credibilidad de la palbra, el exito a traves del logro, etc.(continuará)

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  6. Hola otra vez, soy Jesus Gregorio Diaz, el problema es que el escrito anterior (anonimo) no lo pude enviar con mi nombre, me pide una cantidad de cosas que no me permiten entrar, (yo no soy muy experto), la unica forma fue anonimo. Gracias

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  7. Wladimir, muchas gracias por los datos de los libros!. Si había escuchado sobre el libro de Herrera Luque, lo buscare.

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  8. Hola a todos.
    Gracias por tu aporte Jesús Gregorio. Esas condiciones fundacionales de nuestra nación aportaron una práctica de vida, un conjunto de valores y antivalores que, con la reproducción individual y social, dieron forma a nuestra manera de ser. Pero es importante considerar las investigaciones científicas y reflexiones de científicos sociales que han estudiado, por ejemplo, a las culturas de las naciones colonizadas. Te confieso que no estoy del todo claro si toda nación colonizada tiene necesariamente un perfil socioeconómico y político como el nuestro o el de muchos de los países latinoamericanos.
    Es más, dentro de nuestro subcontinente, ¿no podríamos mencionar casos disconfirmatorios? ¿Qué dirías de nuestros hermanos vecinos, los colombianos? Recuerdo cómo muchos "paisanos" nuestros despotricaban hace algunos años de ellos (actitud segregacionista). Y mira cómo Colombia ha ido creciendo, superándonos en algunos aspectos, como la educación, y aunque suene increíble, en la seguridad, por lo que me han comentado personas que la han visitado recientemente. ¿Y el origen no fue el mismo? ¿Qué pasó entonces en el camino?
    Lo que sí me parece es que es necesario el esfuerzo individual, hasta hacer masa crítica social, de reflexión de nuestro valores y antivalores, de las complejidades psicohistóricas y culturales que seguimos repitiendo en inconsciencia, el norte que deseamos para crecer en felicidad y bienestar, así como el conjunto de valores y actitudes necesarios para realizarlo, como el que todo ser humano debe ser un fin en sí mismo y no un medio para los fines de otros, el establecer relaciones con los demás de intercambio de valor por valor (Rand), y el respetar lo que los demás se han ganado por su propio esfuerzo, centrándonos cada uno en ganar (con sus propios talentos y virtudes) su propio sustento y el logro de una vida digna y plena (Seligman).

    Rand, Ayn (2005). La rebelión de Atlas. Buenos Aires: Grito Sagrado.
    Seligman, Martin (2001). La auténtica felicidad.

    Nota: les recomiendo mucho la lectura de la Rebelión de Atlas, ya que esclarece mucho lo que nos pasa a los venezolanos, en términos éticos, sociales y políticos.

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  9. José Ramírez Guaigua28 de marzo de 2011, 1:39 a.m.

    ACTITUDES
    Según Hollander, actitudes son estados motivacionales perceptuales sobre lo que se espera y se desea, que dirigen la acción. La historiografía positivista de Cañizales ha esgrimido contra nosotros las acusaciones de “ausencia de jerarquía” e “indisciplina”; la de Mariano Picón Salas, de “hosca guazábara”, la de Ramón J. Velásquez, de “poder arbitrario”. Pero somos raigalmente igualitarios, quizá por herencia indígena y africana. No creemos en abolengo, jerarquía ni casta. El único rango que respetamos es el de la destreza personal demostrada.
    MOTIVACIONES
    Según MClellan, nuestra primera motivación sería el Poder, la segunda la Pertenencia a Grupos, la tercera la Autorrealización. Lo infiere analizando el contenido de los medios, no nuestros actos.
    CONDUCTAS
    Somos tolerantes y no discriminadores, como lo demuestran nuestro mestizaje y nuestra solidaria hospitalidad hacia inmigrantes y exiliados. Un lavado de cerebro nos incita demoledoramente al consumo, pero no somos posesivos sino dadivosos. No somos esclavos del tiempo: ni del pasado ni del futuro. Amamos lo nuevo. Hemos experimentado los más vertiginosos cambios sin dejar de ser los mismos. Somos un enigma indescrifrable.
    http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2010/10/la-identidad-del-venezolano.html

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  10. José Ramírez Guaigua28 de marzo de 2011, 10:08 p.m.

    (NOTA:Recuerdo haber posteado este artículo completo divido en dos, por limitaciones de espacio de blogger. Hoy veo que solo está la segunda parte.Insisto en colocarlo completo)

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  11. José Ramírez Guaigua28 de marzo de 2011, 10:09 p.m.

    LA IDENTIDAD DEL VENEZOLANO
    Luis Britto García

    La personalidad es la suma del temperamento innato y del carácter que la acción social forja sobre él. No hay rasgos sicológicos innatos que definan y distingan a grupos humanos. Nuestra identidad es la personalidad básica, la compleja decantación de rasgos culturales que

    compartimos como resultado del devenir histórico.

    TEMPERAMENTO

    Sin embargo, nuestra identidad es imaginada más como destino que como aprendizaje. Asumimos como signo de inteligencia una viveza que raramente pasa de ingenuidad. Nos creemos extrovertidos, aunque las pruebas sicológicas reflejan equilibrio entre extroversión e introversión. Se condena nuestra violencia, sin recordar que ha sido más padecida que ejercida. La alta tasa de alcoholismo, la verbosidad, el papel preponderante de la madre en la familia tientan a acreditarnos una fijación en la oralidad, que por no demostrada no pasa de sugerencia.

    CARÁCTER

    Nuestro carácter resulta de la compleja interacción de necesidades, creencias, valores, actitudes, motivaciones y conductas. Un régimen social, económico y político de extrema desigualdad ha determinado carencias graves en la satisfacción de necesidades básicas. Para nuestras mayorías la difícil satisfacción de ellas es condicionante fundamental.

    CREENCIAS

    Creemos en una compleja amalgama de mitos aborígenes, africanos y europeos en apretado sincretismo. Nuestra religión es terrenal, sociable y festiva; somos creyentes pero poco practicantes. Damos tanto crédito a la intuición como a la razón­. Veneramos el adelanto técnico al punto de adoptarlo en forma acrítica. Durante siglos se nos ha querido imbuir una autoimagen negativa. Y sin embargo nos consideramos uno de los pueblos más felices del mundo.

    VALORES

    Se nos acusa de falta de valores, a pesar de nuestra evidente lealtad hacia los vínculos de la amistad, la familia y los afectos. En un vasto estudio sobre diversos aspectos de la población venezolana realizado a principios de los años sesenta del pasado siglo, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CENDES) incluyó un cuestionario para obtener información sobre los elogios que más preferían diversos grupos de venezolanos (Cendes: Estudio de Conflicto y consenso).

    Maritza Montero sintetiza los resultados en el capítulo sobre “Valores y motivaciones sociales” del Manual de Sicología Social (119-125). La mayoría de los grupos encuestados prefiere como elogios ser considerados como persona “muy capaz” o “muy culta”. De hecho, 14 grupos prefieren el primero sobre cualquier otro, y 13 el segundo. La elección de uno de dichos elogios en primer término casi siempre está acompañada del otro en segundo lugar (ello pasa en 25 casos). A pesar de que los encuestados están constituidos por grupos diferentes de personas cuyo peso en la demografía del país es muy diverso, la concordancia de los resultados es en nuestro concepto significativa. También es interesante la relativa unanimidad en torno a los elogios que menos gustan. Literalmente todos los grupos encuestados califican como el elogio menos deseado el de “nacido para mandar”. En total 21 grupos consideran el “ser persona muy valiosa” como el segundo entre los calificativos más rechazados, 7 se pronuncian por “ser muy religioso” y 2 por “ser muy simple”. A pesar de las reservas ya señaladas sobre la diferente composición y representatividad de las muestras, la coincidencia es de nuevo significativa. La sostenida preferencia por el elogio “ser persona muy capaz” desautoriza las atribuciones.

    José María Cadenas aplicó el test sobre valores de Rokeach a una muestra de 677 jóvenes, y encontró la siguiente jerarquía de valores: Autorrealización, Amistad sincera, Seguridad familiar, Felicidad, Libertad, Igualdad, Armonía interior, Respeto por sí mismo, Un mundo en paz, Sabiduría, Amor maduro, Prosperidad, Reconocimiento social, Una vida llena de emociones, Placer, Belleza, Seguridad nacional, Salvación. Lo más opuesto a las abyectas atribuciones de salvajismo, tribalismo y anarquía que nos endilga el racismo ordinario.

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  12. Gracias a todos por la participación.
    Les recuerdo a los que ingresaron por primera vez al blog, que esta entrega pertenece una serie que llamé "¿Quiénes somos los venezolanos?" y es la cuarta, algunos puntos se han discutido anteriormente, inclusive la intensión de centrarnos en la crítica reflexiva de los puntos que nos desfavorecen, sin negar los virtudes que tenemos. Comienzo...
    Claro que hay maneras de lograr cambios sin tanta represión, pero debe ser una política de Estado, donde los medios de comunicación, los contenidos programáticos de las escuelas, en fin, donde todos participemos continuamente hasta "instaurar la conducta deseada", muchas de ellas "hábitos", pero aún así no se debe dejar a un lado el castigo porque los ciudadanos deben comprende que sus actos tienen consecuencias, así es como se aprecia el valor "responsabilidad" y se comienza con la internalización, es decir, establecer el locus de control en lo interno.
    Rodolfo, además del libro que te recomendó Wladimir, también puedes revisar el libro de Axel Capriles "La picardía del venezolano o el triunfo de tío conejo", de Rafael López-Pedraza el ensayo Sobre el tema de una identidad latinoamericana en el libro "Sobre héroes y poetas" y de Efraín Subero "Hacia un concepto de lo hispanoamericano", editado por el Centro de Investigaciones Literarias de la UCAB en sus Cuadernos de Prosa.
    Entorno al bochinche y nuestro comportamiento "faramallero", bueno, somos Tío Conejo, pero tenemos que hacer cosas para mejorar como personas, como seres humanos.
    Por qué somos como somos, pues es bien complejo, comparto sus opiniones, fueron muchas las variables que intervinieron en el proceso histórico, pero quería agregar que los valores religiosos que compartieron colonizadores y conquistadores fueron un factor más determinante, que los sus comportamientos y acciones (forajidos, colonos), Australia, país que en la actualidad goza de una calidad de vida alta y de reconocido crecimiento económico, fue un lugar donde "exiliaban" a los criminales ingleses, entonces, ¿por qué ellos se encuentran en las condiciones actuales?
    Y para concluir, los latinoamericanos tenemos un montón de similitudes, sólo falta visitar un poco nuestros vecinos, pero también es cierto que están mucho mejor, social y económicamente que nosotros en estos momentos, pero no debemos creer que ya "cambiaron", pues no, sólo están mejorando y nosotros nos encontramos "exaltando" muchos de nuestros aspectos negativos. Los cambios en una sociedad pueden llevan varias generaciones.

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  13. José Ramírez, la frase "falta de valores" es una forma de hablar muy a la ligera, cuando lo que ocurre es la presencia de valores y antivalores a la vez, con mayor preeminencia de éstos últimos, que es lo que responde, a mi juicio, a la situación que progresivamente hemos estado viviendo. Como dice Maribel, hay al menos una nación que tuvo un comienzo histórico con condiciones similares, pero algo pasó en el camino que llevó al establecimiento de una dinámica social diferente (ligada con escogencias valorativas distintas), cosechando resultados opuestos a los nuestros. ¿Las instituciones determinan nuestros valores o viceversa? Es un circuito reverberante que se retroalimenta. ¿Por dónde romperlo para introducir cambios? El más reciente estudio sobre la pobreza venezolana, llevado a cabo por la UCAB y publicado en el 2004 con el nombre "Detrás de la pobreza", indica que el cambio social vendría por el cambio institucional. Algo así como lo que pasó en Chacao, oasis de civilidad o modernidad en el ámbito público. ¿Y dónde queda el hecho de que socialmente nuestras preferencias van por los antivalores? Mencionas el estudio de las preferencias de los venezolanos recogidos en el libro "Manual de Psicología Social", pero el que se escoja una preferencia idealizada no significa que esa sea la realidad valorativa manifestada en el día a día. Está, además de la diferencia entre lo real y lo ideal, la diferencia entre lo inconsciente (sombra, según Jung) y lo consciente, de lo cual hablaré en otro momento.

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